22 abril, 2015

Le quitan la vida y el menor que se la arrebata es inimputable

Esto es como la historieta de la Biblia: 77 veces 7 sea maldito el que toque a Caín. Caín puede matar a Abel; pero que nadie le toque a él. Como se ve, no es ningún dios externo o superior a la condición humana el que redacta estas leyes injustas de la inimputabilidad para los criminales, inimputabilidad para los asesinos; hemos sido siempre nosotros.

Y dice el profesor, al que no le arrebatan la vida en su flor, cuando después de los muchos años de estudio o de esfuerzo te empiezas a abrir el precario paso laboral que en España siempre han tenido las personas preparadas o simplemente la inteligencia, dice: “Y se derrumbó llorando como el niño que es”. Yo me pregunto: ¿Qué niño es el que durante no se sabe los años de su adolescencia, niñez, lleva amenazando con quitar la vida al primer ser humano desarmado o inocente que se le cruce, y lo hace, y cómo no, en su ámbito: escuela? ¿Este es el tipo de enseñanza que esas escuelas y esos padres imparten: Matad, robad mientras seáis inimputables?

A un pobre hombre, un ser humano joven, le quitan la vida de modo tan miserable… Y aquí no ha pasado nada. Se llamaba Abel. Tenía el nombre exacto para que la sociedad lo ofreciese en sacrificio a los criminales, los asesinos inimputables. Cuántos Abeles no habrán perdido su vida, no sólo en esta crisis, sino en los 40 años de transición hacia una democracia que no llegó nunca a España (Como no ha llegado a ninguna parte del mundo, hipócrita gentuza de derechas, fascistas amos del mundo), tras otros 40 años de dictadura, tras dictadura tras dictadura desde los Reyes Católicos para acá, desde la historia de Caín el inimputable hasta nuestros días.


…Y aquí no ha pasado nada. Te llamabas Abel y te arrebataron del modo más miserable la vida, de ese modo por el cual todos los asesinos y ladrones, bien desde el ámbito político, empresarial, bien desde el ámbito social de todas estas sociedades nuestras hipócritamente democráticas, son inimputables.

Dos niños, no importa si gitanos rumanos o gitanos españoles (o payos rumanos o payos españoles, que encima si se aporta las señas de identidad de la que los mismos identificados presumen sin reparos, ya que tienen sangre de reyes o sangre de considerarse impunes, no importa las tropelías o los atropellos a los derechos de otros que lleguen a cometer) aterrorizan a unos empleados de gasolinera o tienda de bicicletas, robando. Roban la caja registradora, roban las bicis… Y los empleados “aterrorizados”. Tienen 8 y 11 años. No se les puede dar una hostia para que aprendan a respetar lo ajeno, y, sobre todo, a las personas. Buenos líderes en ciernes estos chavales de 8 y 11 años, como el chaval (“como el niño que es”) que apuñala de muerte al profesor, para las sociedades de ladrones y criminales inimputables que forjamos…. “Como el niño que es”. Esto se lo diga el profesor tan amable con el apuñalador, tan insolidario con su colega, a los padres de éste. “Como el niño que es, este chaval le quita la vida a su hijo; ustedes se han quedado sin su hijo, él jamás ya disfrutará de la misma, mas lo importante es que esta criaturita siga con nosotros como el niño que es”. Y mientras el Abel profesor muerto se va a la tumba, nos quedan estos “profesores” a los que encima premiamos con pátina de héroes. “Heroicidades” las suyas que sigan aportando o propiciando lugares inapropiados en la sociedad a los psicópatas, no importan los años que tuvieren, que debieran arrepentirse de haber nacido.

Nuestros psicópatas líderes que tan iguales son a estas criaturitas inimputables, tanto en inteligencia como en modus operandi. Nuestras sociedades expresamente diseñadas para los Caines donde los Abeles jamás tuvieron sitio.

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Aproveché este blog, cajón de sastre para tantos y tantos pensamientos e ideas y dedicado a la poeta Alejandra Pizarnik, aproveché, después de borrarlo, para utilizarlo como desahogo ante la espeluznante corrupción que después de 40 años de sufrirla los españoles peor posicionados socialmente, ahora empieza a aflorar

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