La tonta el culo de Cristina Fallarás

La tonta el culo de Cristina Fallarás, colaboradora en su momento del Arcadi Espada Excrecencia, arruinada y desahuciada después porque nadie confiara en su escritura, cáncer por el que a tantos otros nos entierran aún vivos y sin oportuidades de resurrección como si ha habido para ella, no en vano habrá hecho valer sus contactos para que a todas horas la tengamos opinando en los programas de Mediaset; la tonta el culo de ella, que ya habrá podido recuperar su casa o comprarse una nueva y mejor con lo que le abonen por mostrarse de desmelanada opinadora; la tonta el culo va y da en uno de esos programas donde la tienen de carátula como al león de la Metro, da un consejo desde la cadena que le abona la hipoteca de su nueva casa, Mediaset, como dijimos, al jefe de la competencia mediática Atresmedia, Sr. Lara, para su editorial Planeta. Dice la tonta el culo que el amo de la mitad de las comunicaciones y por tanto tertulias televisadas de este país, amo de la mayoría de lo que se publica en España, DEBERÍA CONTRATAR AL PEQUEÑO NICOLÁS PARA SACAR DE LA RUINA A LAS LETRAS O LA LITERATURA DE ESTE PAÍS.

He de reconocer que en una cosa estoy de acuerdo con esta leonina sra. (Ni siquiera puedo imaginar cómo alguien tuvo el atrevimiento de quitarle su casa) Las letras españolas, como todo en España, desde luego están a la altura del pequeño Nicolás, así se escribe y así se publica. Mas si precisamente están a ese nivel de “calidad”, a ese nivel de pelotazo, trepa, repta ¡¿Cómo pretender, so tonta el culo, que precisamente aquello mismo que la hunde en la mierda sea la salvación de las letras?! Un tango en París el del pequeño Nicolás con sus contactos, que ni las Almudenas Grandes o los Ala Tristes hubiesen sabido describir. A más que este último incluso se siente en sillón minúsculo de la Real Academia, esa institución siempre en las nubes, en la inacción o la reacción tardía, en la reacción exabrupto (dado que en última instancia aquellos vocablos que al final acoge, dejó de usarlos la mayor parte de la gente), en todo lo que debiera ser su competencia: Lengua que escribimos hablamos todos los castellano hablantes.