¿Era falsa la información?
¿Es cierta?
¿Es información sensible a no ser publicada,
o al menos a no ser repetida una vez cometida la
indiscreción?
¿Es esa la libertad de información en la que nos movemos,
la apabullante independencia periodística?
Diremos lo que el “original” comentarista futbolístico:
“Y si no es así… ¡Desmiéntemelo!”
“Y si no es así… ¡Desmiéntemelo!”
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Aproveché este blog, cajón de sastre para tantos y tantos pensamientos e ideas y dedicado a la poeta Alejandra Pizarnik, aproveché, después de borrarlo, para utilizarlo como desahogo ante la espeluznante corrupción que después de 40 años de sufrirla los españoles peor posicionados socialmente, ahora empieza a aflorar